Una de las actividades que más atrae la atención del público que visita nuestro instituto es sin duda la instalación del Péndulo de Foucault en la escalera frente a la nave de talleres. Fue el primer gran proyecto que Tomás Hormigo llevó a cabo en los inicios del Club Científico allá por 1981.

¿CÓMO FUNCIONA?

La utilización de un péndulo para demostrar el movimiento de giro de la tierra fué una idea casual del físico francés Léon Foucault (1819-1868). Cuenta la leyenda que durante una misa en la catedral se entretuvo observando el lento oscilar de una gran luminaria que colgaba del techo llegando a la conclusión de que el plano de oscilación debería ser independiente de un supuesto movimiento del soporte. Por ello, un péndulo imaginario que en condiciones ideales es puesto a oscilar en el polo norte dejará de depender del giro de la tierra viendo un observador junto a él como el plano de oscilación da una vuelta completa durante las 24 horas de un día.

Observa que las borrascas que giran sobre las zonas de bajas presiones giran en sentido antihorario en el hemisferio norte y a la inversa en el sur debido también al giro de la tierra.

Nuestro péndulo está suspendido a más de 11 metros de una rótula de automóvil que prácticamente elimina el rozamiento. La bola mide 16cm de diámetro y al principio tenía la punta de madera. Actualmente, se ha mejorado con añadido en el mismo metal y un baño de niquelado. Se desvía aproximadamente 9º a la hora, prácticamente lo esperado para nuestra latitud, derribando una tizas de colores que ponemos a su paso.

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Tuesday the 3rd. En memoria de Tomás Hormigo Rodríguez.